La presidenta Cristina Fernández arribó al aeropuerto de Río Gallegos junto a sus hijos, Florencia y Máximo; el Jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, y la ministra de Desarrollo Social y hermana de Néstor, Alicia Kirchner. Allí la esperaba su par de Venezuela, Hugo Chávez, quien había llegado minutos antes.
Al bajar del avión, Chávez abrazó a Cristina, llenó de emoción. El fuerte viento santacruceño hizo que el pelo de la presidenta envolviera a su par venezolano. Cuando comenzó a descender, ambos se pararon al final de la cinta y la presidenta se recostó en el hombro de su hijo.
De fondo sonaba, al igual que cuando despego de Buenos Aires, una banda militar. Primero, la marcha fúnebre. Luego, la marcha de San Lorenzo.
Además de Máximo y Aníbal Fernández, tomaron las manijas y trasladaron el féretro los secretarios de la presidencia, Oscar Parrilli, y de Legal y Técnica, Carlos Zannini; el gobernador de Santa Cruz, Daniel Peralta y el secretario personal de Cristina, Pablo.
Rápidamente, la presidenta se dirigió a un auto de la comitiva, y tras el coche fúnebre tomó rumbo a la capilla donde se realizará en una ceremonia íntima y luego el entierro.
Allí la esperan ministros, gobernadores, intendentes, artistas y nuevamente como a lo largo de las últimas 72 horas, una multitud agradecida.
Al bajar del avión, Chávez abrazó a Cristina, llenó de emoción. El fuerte viento santacruceño hizo que el pelo de la presidenta envolviera a su par venezolano. Cuando comenzó a descender, ambos se pararon al final de la cinta y la presidenta se recostó en el hombro de su hijo.
De fondo sonaba, al igual que cuando despego de Buenos Aires, una banda militar. Primero, la marcha fúnebre. Luego, la marcha de San Lorenzo.
Además de Máximo y Aníbal Fernández, tomaron las manijas y trasladaron el féretro los secretarios de la presidencia, Oscar Parrilli, y de Legal y Técnica, Carlos Zannini; el gobernador de Santa Cruz, Daniel Peralta y el secretario personal de Cristina, Pablo.
Rápidamente, la presidenta se dirigió a un auto de la comitiva, y tras el coche fúnebre tomó rumbo a la capilla donde se realizará en una ceremonia íntima y luego el entierro.
Allí la esperan ministros, gobernadores, intendentes, artistas y nuevamente como a lo largo de las últimas 72 horas, una multitud agradecida.