Al cumplirse 10 años del fallecimiento de Néstor Kirchner, la filial Quilmes de la UNCB y el club Defensores de Alicia Esther realizaron un mural en homenaje al ex presidente, en agradecimiento a su ayuda para la construcción de la cancha de cemento en el año 2005.
El presidente de la Unión Nacional de Clubes de Barrio de Quilmes, Diego Indycki, y el presidente del club Defensores de Alicia Esther, Raúl Cabral encabezaron este martes 27 el acto de agradecimiento a Néstor Kirchner, al cumplirse 10 años del fallecimiento del ex primer mandatario. A modo de homenaje, se descubrió un mural alusivo, que recuerda la gestión de Kirchner para la construcción de la cancha de cemento del club.
“Néstor Kirchner nos enseñó a millones de jóvenes a volver a creer en la política como herramienta de transformación y a luchar por un país más justo”, aseguró Indycki, y agregó que “los clubes de barrio vamos a estar siempre agradecidos porque durante su gobierno volvimos a ser tenidos en cuenta”.
Por su parte, Cabral recordó la historia de la construcción de la cancha y cómo se logró gracias a la gestión del ex presidente Kirchner (VER Néstor y Alicia Esther). “Vamos a estar siempre agradecidos a Néstor”, aseguró el presidente de Alicia Esther, “porque era una persona humilde, sencilla, que se preocupaba por los que menos tenían, como este club, que penaba después de cada lluvia y gracias a él pudimos tener un lugar digno para nuestros chicos y toda la familia”.
Estuvieron presentes junto a Indycki y Cabral, dirigentes de clubes de barrio de Quilmes, de la UNCB, vecinos y funcionarios municipales.
Néstor y Alicia Ester
Septiembre de 2005. Aquel invierno había sido más lluvioso que de costumbre, y los pibes del club ya estaban cansados de no poder jugar a la pelota, o tener que hacerlo en medio del barro.
¿Y si le pedimos al presidente que nos haga la canchita?, preguntó unos de los pibes. Todos lo miraron asombrados, pero rápidamente la idea fue tomando forma, y al otro día ya estaban junto a sus padres en Plaza de Mayo. Hasta allí fueron para entregarle una carta a Néstor Kirchner con un pedido muy simple: la construcción del piso de la cancha.
Mientras un delegado cruzaba la plaza para entregar la carta en la Casa de Gobierno, los chicos de Alicia Ester pasaban el rato jugando y correteando a las palomas. Fue allí que el presidente se asomó a su ventana, y vio a unos pibes de camisetas verdes y blancas que le llamaron la atención. Entonces llamó a su secretario y le pidió que averiguara el motivo de nuestra visita. Le contaron por qué estaban allí, y enseguida respondió que “el presidente los va a recibir en unos minutos”.
Todos se miraron incrédulos, hasta que el secretario insistió sin dudar: “por favor, suban conmigo que el presidente los está esperando”.
Esperaban sentados en un salón de la Casa de Gobierno, cuando de repente aparece Néstor, con una sonrisa y preguntando a los chicos en tono chistoso:
- “¿Qué pasó? ¿Qué hacen todos ustedes acá?
- “Queremos la cancha por que en el barro no se puede jugar”, le dijo el más atorrante.
Néstor lo mira, sonríe, le toca la cabeza y le dice: “la van a tener”.
Tan sólo un mes después de aquel encuentro, los chicos de Alicia Ester ya estaban jugando en su flamante cancha de piso de cemento.
Néstor Kirchner fue un hombre que cambió la historia de la Argentina. Un hombre sencillo, sensible, comprensivo, y por sobre todas las cosas, humilde y una gran persona.