del Superclásico argentino. Los goles los marcaron Germán Pezella y Lisandro Magallán. Se retiraron expulsados Ramiro Funes Mori, por el local, y Fernando Gago, en la visita.
No hubo ganadores en el Superclásico argentino, pero sí emociones. El 1-1 le resulta más favorable a River, que empezó perdiendo con Boca pero, con la igualdad, mantendrá el liderazgo en el campeonato más allá de cómo le vaya a Independiente en su visita a Godoy Cruz. Vértigo, polémicas y entrega total fueron las claves de un partido que no fue vistoso pero sí emotivo.
Aunque el campo de juego del Monumental resistió a la perfección la gran cantidad de agua caída, el primer tiempo se jugó chapoteando y Boca consiguió la ventaja mediante un toque de Magallán en una jugada de pelota quieta. River empujó, su rival amenazó de contraataque pero lo cierto es que no lograron generar mucho peligro. Hasta que el árbitro, Mauro Vigliano, cobró penal y expulsó a Fernando Gago. Pero, claro, Rodrigo Mora ejecutó por arriba del travesaño y Boca se fue al descanso en ventaja.
Orion, gran protagonista en duelo de tanques con Teo Gutiérrez, le sacó un tremendo cabezazo a Mora promediando la segunda parte y, cuando parecía que River no tenía reacción, se vio la mano de su entrenador, Marcelo Gallardo: metió a Germán Pezzella para ganar potencia aérea y en la primera pelota que le cayó en el área, no sólo cabeceó, sino que también ganó el rebote para establecer el empate.
Después llegaría la expulsión de Funes Mori, pero a los dos equipos les faltó lucidez como para volver a desequilibrar. En definitiva, muchos roces, demasiado vigor y entrega sin límites. Las condiciones climáticas limitaron claramente las posibilidades de ver buen juego. Pasó otro Superclásico. Emociones no faltaron. Basta con recordar el mano a mano que Chávez desperdició ya en tiempo recuperado...